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Regresas, buen hermano, a tu Barranquilla,
con huellas de otro suelo en tu mirada,
mas sigue en ti la risa iluminada
de aquel que lejos se fue de su orilla
El tiempo te forjó en apartadillas,
mas nunca la raíz quedó olvidada;
en cada calle, esquina y enramada,
reviven los recuerdos de tu Quilla.
Aquí te espera el sol, la brisa ardiente,
las voces del ayer, la infancia pura,
el dulce hogar de amor que fue presente.
Que el nuevo rumbo cure la fisura,
y encuentres en la arena y en la gente
la paz que mereces con ternura.
Soneto a mi Hermano
Perno
Bogotá, 22 de marzo de 2025
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